20110408

¿Y tú?

Un día olvidé por qué te amo.

Me recosté en tu recuerdo y supe que no te amo por sensata ni tampoco por valiente. Será instinto o acaso un impulso; te amo incongruentemente. Será porque extraño amarte, porque cuando no lo hago el cielo se cae y una perdiz muere. Será la ambigüedad de la situación que me somete a buscarte en mi auxilio. Será porque mis sesos han sido destituídos por el corazón y la falta de razón. Quizá. Será porque el azaroso destino me jugó una tirada irremediable. Será, Cariño mío, por ingenua e inexperta; por salvaje. Será por la endeblez de mi alma y la ambivalencia de mis deseos. Será quizá, porque el día en que decidí hacerlo no era yo, si no la que jamás te amó. Será por lo apodíctico de mis manos; por el axioma que es tu cuerpo. Será porque en ti no está la que busco, pero sí lo que necesito. Será acaso porque bajé la guardia y me subyugaste. No lo sé. La única certeza es que si te amo no es en nombre de la voluntad ni de la gracia; es en nombre de los días que me quedad por vivir.

Un buen día recordaré no olvidar por qué te amo.